jueves, 7 de abril de 2022

Introspecciones del alien pensador

Hola!

Sé que hace mucho no me paseo por aquí pero lo que pasa entre el cambio de carrera, de casa y de vida es algo grande que procesar y es por eso que me encuentro aquí escribiendo algo. Quiero hacer esto de vez en cuando como ejercicios de escritura dedicados a las personas de mi familia, no sé si a alguien le sirva pero si lo leen, de antemano gracias por eso pues solo necesitaba desahogarme hoy que me sentía gris.

Hace años murió mi abuelo, yo tenía 8 años y era la persona que más apreciaba en el mundo, era un viejito canoso y de poco cabello con unos lentes sobre el puente de la nariz que le daban un toque de sabiduría. Después de 15 años puedo decir que aún le extraño y ya no recuerdo su voz, recuerdo como solía llamarme por un apodo que se inventó cuando no quería comer para que fuera a verlo y recuerdo que nos gustaba comer cacahuates y terminar con las manos amarillas, tanto era ese gusto compartido que nos prometimos comprar una bolsa gigante y terminarla entre ambos. 
Todas esas anécdotas las recuerdo y guardo en mi corazón porque mi abuelo a pesar de no haber podido ser el mejor padre del mundo realmente lo intentó, hace poco tiempo me enteré que gracias a él mi madre terminó su carrera universitaria aún estando embarazada y con problemas por delante; le dijo a mi tía que "a pesar de no poder dejarle dinero como el quisiera le dejaba los estudios y las ganas por salir adelante", me dijo que siempre sería como Xena la princesa guerrera y que todo lo que hacía era bueno. 
Al día de hoy no recuerdo su voz, pero parece que lo veo en cada presentación, en cada logro y en cada triunfo que tengo; de alguna extraña manera sustituí su voz por la de Benito Taibo y cada que veo las conferencias de este autor pienso en él y en como me reconforta verlo sonreír. Es extraño porque cuando vi el final de BoJack Horseman pensé ¿Cómo su mente puede sustituir a su padre por alguien más y adoptarlo así como figura paterna? pero yo lo hice con Benito Taibo y mi abuelo, si bien no se parecen mucho terminé por escuchar sus jueves de poesía para poder dormir cada que me encontraba triste, si no conozco a este autor en persona puedo decir que sus conferencias me ayudan en los días que siento que nada tiene sentido y no quiero que me vean como un fan obsesionado con su autor favorito, es sólo que él me ha ayudado a afrontar la soledad que llevo por dentro y si llego a conocerlo espero no llorar mientras lo abrazo (si es que me deja hacerlo). 
Hay muchas cosas que siento que quisiera decirle a mi abuelo pero no sé si algún día de verdad lleguemos a reencontrarnos, no creo en el cielo y el infierno, ni el Mictlán, ni el inframundo... Es por eso que creo que lo encontré en otras personas, incluso en mi cuando estoy comiendo cacahuates o disfrutando un libro por la noche.